
Poliester: cuando este producto apareció en el mercado acaparó la confección de camisas para hombre y blusas para mujer, así como la de sábanas, porque este tejido no requiere planchado. Es brillante o mate, de tacto cálido y menos transparente que el nylon, y permite ser teñido en el color deseado. Al arder desprende humo negro. Es muy elástico y resistente a la rotura, a la abrasión, a los insectos y los hongos. Retiene poco el agua, y dada su escasa absorción, fermenta el sudor, por lo que resulta inapropiado en climas húmedos. Se lava en frío, aunque también puede limpiarse en seco, pero sin amoniaco. Las prendas blancas admiten lejía. Ofrece buena resistencia al calor seco, pero no al húmedo.
Vinilos: tan elásticos como el algodón, tienen la mayor tasa de absorción de agua de las fibras sintéticas. Arden formando burbujas, sin fundirse. Buena resistencia a la rotura y a la abrasión. Estables frente a ácidos y álcalis, y resistentes a la luz y a la intemperie. Pueden lavarse y plancharse a temperatura moderada. Admiten el uso de lejía y la limpieza en seco con precaución.
Elastano: quizá más conocido como Lycra, que no es más que el nombre comercial de la casa Dupont para este tejido, aunque también lo fabrican otras empresas textiles. El elastano es muy resistente y elástico, y posee una gran capacidad de recuperación. Se añade a otras fibras para proporcionarles elasticidad, que a su vez aportará comodidad a las prendas. Los tejidos que incluyan elastano deben lavarse con precaución y plancharse a baja temperatura.
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